Al final…

Porque al final uno acaba enamorándose de la página y no del libro. De cómo nos hacen sentir y no de la persona. Y es bonito, sabes. Porque lo invisible para los ojos es lo que realmente llega a tocar el corazón hasta el fondo y llega a echar raíces en esos lugares donde parece que no hay nada. Hay instantes donde uno desea que las manillas del reloj se congelen. En el fondo sabemos que al pasar de página acabaremos muriendo y con los sueños rotos. Algo sucedió que nos impide avanzar, quizás algo nos cambió el rumbo de nuestras horas y de cómo miramos a un atardecer. Nos entra vértigo tan sólo pensar que nuestro final no será el mejor, ni el más feliz. Y terminar con la mirada de aquel suicida en frente de un puente, mientras más alto, más precioso. ¿Escuchas eso? ¡Pum, pum, pum! Es como si alguien o algo estuviera tocando las puertas del corazón. Estamos en el momento justo para cambiarnos la vida. A tiempo de hacer de nuestros días algo asombroso. Algo que nos cambie, literalmente. El tiempo no cura, es mentira. Lo único que él hace es hacer que las cosas parezcan menos dolorosas, pero uno siente que no es suficiente; es más, nada es suficiente. Tenemos que arriesgarnos y tomar a la vida por los cuernos. De vivir, porque la vida es corta, tanto así que hoy estamos cursando la universidad, cuando sentimos que fue ayer que terminamos la escuela.

Le tengo miedo a la velocidad con que pasa el tiempo, es decir, con la fuerza con la que nos golpea. Pero más miedo me da que la vida me dé un puñetazo y no saber levantarme. Tengo miedo de no tropezar con piedras en el camino, ver que el camino es aburrido y sin obstáculos.

Un comentario en “Al final…

  1. Muy lindo la verdad. Tal vez si uno pudiera aceptar el paso del tiempo y entender la felicidad como un momento y no un estado, seria mas fácil vivir, seria mas fácil pasar de pagina. Me encanto. Saludos.

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